Hoy me
medí un vestido y como varias de mis cosas, tiene una historia, recordé como fue
que compre ese vestido y lo terca que puedo llegar a ser, he de ahí el nombre
de este blog, no sé cuantos años atrás es de esta historia, solo sé que
fue de regalo de cumpleaños y no precisamente el vestido si no la situación,
fui a visitarte, a verte, teníamos demasiado tiempo sin vernos, obvió te
extrañaba nos entrañábamos, estaba emocionada, me dijiste que me tenias una sorpresa,
nunca he demostrado mucho lo que siento pero lo que sí recuerdo es que en las
etapas de nuestro enamoramiento yo estaba en la cima, estaba en el optimismo
total, sentía miles de cosas por ti, cuando llegamos y al fin me dijiste
mi sorpresa, estábamos frente a un spa, recuerdo que las habitaciones tenían
nombre de mujeres, era un hotel muy bonito, era en una casa vieja pero estaba
decorado súper moderno, todo muy minimalista, recuerdo mucho la alberca, tenía
una mujer pintada en el techo que tenía una manguera que simulaba a la mujer
llorando, y caían y caían sus lágrimas, como sabiendo que no todo era
felicidad, las camas eran de lo más rico, supero altas, muchas almohadas y
entre las cobijas y tus brazos el descanso era genial, el masaje fue lo máximo,
recuerdo que tú me dijiste que me llevarías a cenar al restaurant del hotel que
cenaríamos muy rico y que sería algo muy bonito y especial, como siempre yo,
mis divagaciones y terquedades, pues si me imagine otra cosa y no traía ropa
como para cenar en un lugar bonito, asi que te traje como loco buscando un
vestido que usar para esa cena, ahora que lo veo esta medio "x" el
vestido pero estaba emocionada, y mis gustos son extraños y bastante
payasos así que fue algo que me gusto y lo compre, nunca te lo dije pero
después de tanto hablar de la idea de estar juntos, de tener una relación más
solida, imagine que me dirías formalmente que me casara contigo, o que al menos
viviéramos juntos, es por eso que no quería tener un atuendo normal y quería ir
de vestidito y arreglada y estar acorde a la situación, como según yo, me ibas
a proponer semejante cosa, pues yo tenía
que estar arreglada para la ocasión, cenamos, se apagaron las luces y no hubo
tal propuesta simplemente nos fuimos a dormir.
Nunca lo
mencione, ni le conté a nadie de esto, hasta el día hoy que me volví a medir
ese vestido, después de tantos años y de hecho ni me lo deje puesto, no se si
no me gusto como se me veía, ó no quise dejármelo para no tener que estar todo
el día con esa historia en mi cabeza y ver como se podía repetir la imagen de
una mujer derramando agua por los ojos.