que un amor no le era suficiente
ella jugaba a ser princesa,
jugaba a lo de siempre,
a ser inalcanzable, a ser indiferente.
tenía un corazón tan pequeñito
que lo inflaba provocando,
quería flores, quería líneas,
recepciones en palacio,
y al reino murmurando;
quería fama de bonita.
tenía un corazón tan pequeñito
que de inmediato huyó
al entregarle el mío.
Edel Juarez